Tras
un largo viaje hacia una isla perdida llamada Bujedo, llegamos el día
5 de julio a la colonia del capitán Barbanegra, que nos propuso un
reto: encontrar el tesoro. Tesoro que en un principio resultaba
difícil de encontrar, pero que según fueron pasando los días entre
amigos, conociéndonos mejor, surgió entre nosotros. Al principio
todo eran nervios, especialmente cuando quedamos todos divididos y
con unos pañuelos pirata al cuello, pero que nos hicieron descubrir
los tesoros ocultos que había entre esas personas desconocidas para
nosotros de las tripulaciones de origen. Ya estamos deseando volver
el año que viene a Bujedo y vivir la próxima experiencia, que
seguro que será aún mejor, aunque es difícil de superar. En este
curso que empieza estaremos ansiosos de volver a Bujedo, que ha sido
nuestro hogar durante diez días este verano. ¡Hasta dentro de muy
poco!.
Nacho
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