Un año más nuestro grupo
universitario (que aunque algunos se empeñen, no tiene nombre) se reunió
a finales de Julio para hacer una actividad especial… Esta vez tuvimos
unos días tranquilos en los que plantearnos en profundidad cada una de
nuestras vidas.
Carlos, sacerdote de Guardo, nos proporcionó una casa de la parroquia y estuvo acompañándonos de diversas maneras a lo largo de nuestra estancia en el pueblo.
La verdad es que nos dio tiempo a todo. Empezamos haciendo un repaso de nuestra historia personal, para seguir pensando qué nos gusta y qué nos llena, dándole vueltas a la idea de servir a los demás con nuestro trabajo o haciéndonos conscientes de lo que predicamos con nuestra forma de vivir.
Por otro lado, tuvimos momentos de interioridad, de oración y de celebración de la Eucaristía… Pero no todo iba a ser cosas serias jeje… También disfrutamos de una mañana en Vergaño, el pueblo de Rafa, de ver y comentar una película y de miles de momentos de risas y de cantos, guitarra en mano, mientras cocinábamos o estando sentados a la fresca en un banco cercano al que fue nuestro hogar esos días.
Nos llevamos de esta experiencia muchas ganas de continuar buscando el sentido a nuestra vida día a día, de seguir siendo cada vez más grupo y de disfrutar del compartir nuestra Fe con otras personas.
Carlos, sacerdote de Guardo, nos proporcionó una casa de la parroquia y estuvo acompañándonos de diversas maneras a lo largo de nuestra estancia en el pueblo.
La verdad es que nos dio tiempo a todo. Empezamos haciendo un repaso de nuestra historia personal, para seguir pensando qué nos gusta y qué nos llena, dándole vueltas a la idea de servir a los demás con nuestro trabajo o haciéndonos conscientes de lo que predicamos con nuestra forma de vivir.
Por otro lado, tuvimos momentos de interioridad, de oración y de celebración de la Eucaristía… Pero no todo iba a ser cosas serias jeje… También disfrutamos de una mañana en Vergaño, el pueblo de Rafa, de ver y comentar una película y de miles de momentos de risas y de cantos, guitarra en mano, mientras cocinábamos o estando sentados a la fresca en un banco cercano al que fue nuestro hogar esos días.
Nos llevamos de esta experiencia muchas ganas de continuar buscando el sentido a nuestra vida día a día, de seguir siendo cada vez más grupo y de disfrutar del compartir nuestra Fe con otras personas.
Santi
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